Título del artículo:
Metabolic Dysfunction–Associated Steatotic Liver Disease (MASLD) in People With Diabetes: The Need for Screening and Early Intervention. A Consensus Report of the American Diabetes Association
Autores principales:
Kenneth Cusi, Manal F. Abdelmalek, Caroline M. Apovian, Kirthikaa Balapattabi, Raveendhara R. Bannuru, Diana Barb, Joan K. Bardsley, Elizabeth A. Beverly, Karen D. Corbin, Nuha A. ElSayed, Scott Isaacs, Fasiha Kanwal, Elizabeth J. Pekas, Caroline R. Richardson, Michael Roden, Arun J. Sanyal, Jay H. Shubrook, Zobair M. Younossi, Mandeep Bajaj
Revista:
Diabetes Care
DOI:
10.2337/dci24-0094
¿Te suena NAFLD? Pues ya se murió. Bienvenido a la era de MASLD: Metabolic Dysfunction-Associated Steatotic Liver Disease. Básicamente, es el nuevo nombre fancy para el hígado graso del paciente con diabetes tipo 2 que todos ignoraban... hasta que se convierte en cirrosis, hepatocarcinoma o causa de trasplante hepático.
Este consenso de la ADA es un mega cachetadón con evidencia en la cara de quienes creían que sólo el azúcar mataba. Aquí se deja claro que la diabetes tipo 2 no sólo jode los ojos, riñones y nervios: también pudre el hígado, y lo hace en silencio. Y como buen ninja metabólico, lo hace con estilo, disfrazado de "sólo un poquito de grasa hepática". ¡Pues no! Esa grasita ya es epidemia, y viene acompañada de inflamación, fibrosis y muerte temprana.
El consenso clama: ¡hay que tamizar, hay que intervenir, y hay que hacerlo YA!