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サマリー
あらすじ・解説
Lee Gálatas 5:22–26
El fruto del Espíritu es probablemente el pasaje más conocido de la carta de Pablo a los Gálatas. Es posible que hayas memorizado estos versículos cuando eras niño. Recuerdo una canción que nos enseñaron para ayudarnos a hacerlo.
Ya sea que de pequeño hayas aprendido el fruto del Espíritu o no, Pablo aquí nos ofrece una enseñanza seria sobre el proceso de santificación. En contraste con su lista anterior de actos carnales que hay que evitar (vv. 19–21), Pablo ofrece esta lista de virtudes que surgen de una vida llena del Espíritu. No se esperaba que los creyentes gálatas produjeran estas cualidades de carácter en sí mismos. La condición de “hijos de Dios” se les había dado ya que habían “crucificado” la carne (v. 24).
No es de sorprender que el amor (ágape) esté primero en la lista de Pablo. Resumió toda la ley citando Levítico 19:18: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Este amor ágape no es simplemente una admiración cariñosa o una afinidad emocional. Este amor es una búsqueda intencional y sacrificial del bienestar de otra persona. Si bien el primer amor del creyente debe ser Dios (Deuteronomio 6:5; Marcos 12:30), el enfoque de Pablo aquí es el amor de los cristianos por los demás. El amor es como el fertilizante que alimenta el resto de la fruta.
El gozo está estrechamente relacionado con la esperanza. A lo largo de sus escritos, Pablo llama repetidamente a sus lectores a “regocijarse en el Señor”. El objeto del regocijo es clave. Encontramos esperanza y gozo no en nuestras circunstancias cambiantes, sino en Cristo a través del Espíritu. De manera similar, la paz no es un sentimiento fugaz y sublime. Al igual que el shalom hebreo, esta paz es una condición de plenitud, bienestar y relaciones correctas.
Los siguientes frutos, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y dominio propio se centran en la vida relacional y en cómo los cristianos guiados por el Espíritu tratarán a otras personas, es decir, cómo “amarán”.
- ¿Qué fruto del Espíritu es evidente en ti ahora mismo? ¿Qué fruto necesitas pedirle a Dios hoy?
Ora con nosotros
Tú dijiste: “Yo soy la vid”. Tus palabras, Señor, nos dan la seguridad de que, como Tus ramas, podemos tener el fruto del Espíritu en nuestras vidas porque estamos conectados a la Vid maravillosa y fructífera.
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