Hoy aprenderemos principios fundamentales que no solofueron cruciales para Israel en su tiempo, sino que resuenan con una relevancia asombrosa para nuestra vida. Escucharemos sobre la importancia de la purezaen nuestras relaciones, especialmente en el matrimonio, para no desviarnos de Dios. También analizamos cómo la obediencia y el amor a nuestro Señor son la clave para recibir sus abundantes bendiciones, recordando que estaspromesas son condicionales a nuestra fe y acción.

Asimismo, reflexionaremos sobre el propósito divinodetrás de las pruebas y aflicciones, comprendiendo que son instrumentos de Dios para purificarnos y revelar lo que hay en nuestro corazón, permitiéndonos entregárselo a Él. Y por supuesto, reconoceremos un enemigo sutil pero poderoso: el orgullo, que puede surgir en tiempos de prosperidad,recordándonos que todo lo que tenemos es por la gracia de Dios y Él debe recibir toda la gloria. También la victoria espiritual no es por nuestra justicia, sino por el poder de Dios.

El día de hoy, daremos un paso fascinante en nuestrorecorrido por las Escrituras. Después de haber concluido nuestro estudio del libro de Números, iniciamos el quinto libro del Antiguo Testamento, Deuteronomio. Este no es un libro cualquiera; es una joya que nos presenta una serie de discursos poderosos de Moisés a todo el pueblo de Israel.Imaginen a Moisés, a punto de cumplir 120 años, volcando su corazón y su experiencia a una nueva generación, una que no vivió las maravillosas experiencias de la salida de Egipto ni los milagros del desierto de primera mano.

Deuteronomio es, en esencia, la preparación divina para queesta nueva generación pueda entrar, poseer y permanecer en la tierra prometida. Pero más allá de la historia de Israel, este libro nos ofrece principios atemporales para nosotros hoy. Nos enseña la vital importancia de la repetición para fijar las verdades fundamentales en nuestro corazón. Asícomo un padre repite a su hijo la importancia de lavarse los dientes, Dios nos repite Sus leyes y principios para que queden firmemente grabados y permanezcan en nosotros.

A lo largo de los primeros capítulos de Deuteronomio, quehoy exploraremos, descubriremos lecciones profundas sobre la sabiduría para juzgar correctamente, entendiendo que el juicio es de Dios y que debemos escuchar a todas las partes involucradas para evitar sentencias equivocadas. También seremos confrontados con el grave peligro de la incredulidad, que es la que trae la derrota y nos impide poseer lo que Dios tiene para nuestra vida. ¡Todo lo que se hace con relación a Dios tiene que ser por fe! Y, quizás una de las lecciones más impactantes, aprenderemos sobre la mentalidad de vencedor, no de víctima, que Dios desea infundir en su pueblo, preparándolos para las grandes batallas a través de victorias de entrenamiento.

Hemos sido testigos de la fidelidad de Dios, los desafíos del pueblo de Israel y las lecciones imperecederas que nos dejó Moisés antes de su partida y de entrar en la presencia de Dios.

En el capítulo 31 de Números, vimos a Moisés en su cierre ministerial, dirigiendo la venganza de Jehová contra los madianitas, quienes se habían opuesto a Israel y habían influenciado al rey Balac para maldecir al pueblo de Dios, aunque Él cambió la maldición por bendición. Sin embargo, también observamos la obediencia incompleta del pueblo al perdonar a algunas mujeres moabitas por consejo de Balac, lo que llevó a la mortandad en la congregación. Aquí surge una de las primeras grandes lecciones: la importancia de destruir el mal por completo.