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サマリー
あらすじ・解説
La razón subordinada a la fe en María
Todo está subordinado en ella a esa fe, también su razón. El órgano con el que concibe y porta en sí los misterios divinos no es la sola razón natural, sino su espíritu creyente. Por eso nosotros no podemos acercarnos a ella y a sus misterios con la pura razón. Todos los misterios marianos tienen la cualidad de superar la mera razón y, a la vez, de poder ser claramente comprendidos por el espíritu creyente. […]
Fin de la cita.
El centro de nuestra meditación era la fe de María, una fe que no se limitaba a ser solamente teórica, sino que se encarnaba en el Hijo mismo, coincidía con Él.
El salto de la fe
Esto nos puede ayudar a entender cómo relacionarnos con nuestro entorno no creyente cuando queremos compartir la fe. No es suficiente explicar con toda buena voluntad la inconmensurabilidad de Dios, su inalcanzable misericordia, su unicidad.
Todo esto puede ser útil, pero también puede ser contraproducente. Sí, esto puede pasar, porque por ejemplo podemos tener la impresión de que, con haber descrito las cualidades de Dios, su belleza, su bondad –pero digámonos la verdad, a menudo es su verdad la que subrayamos una y otra vez– la persona sencillamente va a dar el paso a la fe. […]
Por la fe, la angustia se transforma en confianza
La donación ilimitada que el ángel exige de una virgen es algo tan enorme, tan absolutamente superador, que por su propia naturaleza ella solo podría responder llena de angustia y temor. Pero, por la fe, esa angustia se transforma en confianza.
Fin de la cita.
Acabamos de oír que el ángel exige de una virgen algo ilimitado, algo inalcanzable por el ser humano, algo inabarcable. La respuesta de María, como criatura, puede ser la angustia y el temor. Ella es una criatura, sin pecado, es verdad, pero criatura. Y como tal debe concebir y dar a luz al Hijo del Altísimo: se requiere esto de ella, un ser humano sencillo. Se entiende que su reacción podría ser la de angustia y temor. […]