• Historias a 45 rpm - Nº 2 - Capitán Trueno - Asfalto

  • 2022/06/22
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Historias a 45 rpm - Nº 2 - Capitán Trueno - Asfalto

  • サマリー



  • Ven Capitán Trueno
    Haz que Gane el bueno
    Ven Capitán Trueno
    Que el mundo está al revés...


    Allá por los años 90, tenía un pequeño estudio de grabación en Alcalá de Henares.

    Julio Castejón y Lele Laina habían fundado el sello Libélula Records que además de editar las producciones de Asfalto, contrataban músicos y cantantes para realizar versiones de canciones famosas. Esas canciones, en formato cassette y CD, eran distribuidas por todas las gasolineras españolas.

    A mí, me encargaron un par de producciones y trabajé con ellos durante varios meses. Personas maravillosas. Fue un auténtico placer, trabajar, nada más y nada menos, que con miembros del grupo Asfalto.


    La suegra al hombre,
    el hombre al perro,
    el perro al gato,
    el gato al ratón,
    el ratón a la araña,
    la araña a la mosca,
    la mosca a la rana,
    la rana sentada cantando debajo del a...gua…


    Esta canción la cantaba un grupo coral vasco llamado Los Xey (Seis) cuyo número de componentes era cinco, cosa que ruego no tengáis en cuenta puesto que a los vascos ya sabéis que no hay dios que nos entienda.

    I
    A pesar de la insistencia materna por enseñarle aquel chascarrillo, Kepa jamás hizo el menor esfuerzo por aprenderlo. Se le cruzaba la mosca con el perro, el gato con la araña y la rana nunca estaba sentada.

    Él era El Capitán Trueno y El Capitán Trueno estaba preocupado... Le importaban las ranas. Y mucho. Pero no las del trabalenguas.

    La granja de pollos que estaban construyendo, a trescientos metros del caserío Mendiola, avanzaba implacable hacia la charca. Las excavadoras habían comenzado su trabajo y el desnivel producido por el desmonte estaba provocando la salida del agua. Irremediablemente, la charca se secaría.

    Aquella charca había sido defendida con valentía ante cualquier ataque enemigo, aquella charca era el descanso del guerrero, en aquella charca coronó su amor con un beso, aquel beso en la mejilla de Izaskun, su Sigrid.

    Pero se acercaba el fin.... el fin del mundo de las ranas.
    Había que hacer algo.

    La solución pasaba por meter los renacuajos en una bolsa con agua y buscarles un refugio, mientras encontraba otra charca. Algo provisional hasta que se trasformaran en ranas. No faltaba mucho; las patas traseras habían empezado a salir y pronto necesitarían aire. Ni al mismísimo Mandrake El Mago se le hubiera ocurrido, ni al Hombre Enmascarado, ni a Rip Kirby, ni tan siquiera al Jabato. Eran todos unos Pedrines de mierda. El Capitán Trueno era más listo.

    ...Y llegó el día señalado. Su madre había bajado al centro, tardaría, por lo menos, dos horas en volver. En la Plaza de San Martín cada puesto era centro habitual de cháchara y él lo sabía. El Capitán Trueno era muy listo. Ni corto ni perezoso marchó presto a su misión...
    II Txema Ibarguren se subió a la excavadora con su mala hostia habitual. La huelga de la construcción le había retrasado el trabajo más de dos semanas. Arrancó la Caterpillar y lanzó un juramento al aire, pensando que tan sólo le quedaba un puto día de trabajo en aquella granja antes de la huelga de los cojones.

    “Un puto día más y me hubiera llevao la máquina al caserío para allanar la entrada. ¡Cabrones! ¡Que me quemaban la máquina si la movía...¡

    Llenó la pala y se dirigió a tapar la charca de una vez por todas. El hilillo de agua que emanaba, embarraba todo aquello y así no se podía trabajar.
    Cuando estaba a punto de volcar la tierra sus ojos se quedaron inmóviles en un punto...
    “¿Qué cojones...?”
    —¡Jodeeer....! ¡Es el crío que están buscando...! ¡Ehhhh! ¡Aquí...! ¡Ayuda!

    Kepa yacía boca abajo, rodeado de sangre y barro. Aquellas piedras, sobre las que había saltado miles de veces, esta vez habían conspirado contra él.
    Su pequeña mano, rígida, apretaba con fuerza una bolsa de plástico que en aquellos momentos eclo
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あらすじ・解説



Ven Capitán Trueno
Haz que Gane el bueno
Ven Capitán Trueno
Que el mundo está al revés...


Allá por los años 90, tenía un pequeño estudio de grabación en Alcalá de Henares.

Julio Castejón y Lele Laina habían fundado el sello Libélula Records que además de editar las producciones de Asfalto, contrataban músicos y cantantes para realizar versiones de canciones famosas. Esas canciones, en formato cassette y CD, eran distribuidas por todas las gasolineras españolas.

A mí, me encargaron un par de producciones y trabajé con ellos durante varios meses. Personas maravillosas. Fue un auténtico placer, trabajar, nada más y nada menos, que con miembros del grupo Asfalto.


La suegra al hombre,
el hombre al perro,
el perro al gato,
el gato al ratón,
el ratón a la araña,
la araña a la mosca,
la mosca a la rana,
la rana sentada cantando debajo del a...gua…


Esta canción la cantaba un grupo coral vasco llamado Los Xey (Seis) cuyo número de componentes era cinco, cosa que ruego no tengáis en cuenta puesto que a los vascos ya sabéis que no hay dios que nos entienda.

I
A pesar de la insistencia materna por enseñarle aquel chascarrillo, Kepa jamás hizo el menor esfuerzo por aprenderlo. Se le cruzaba la mosca con el perro, el gato con la araña y la rana nunca estaba sentada.

Él era El Capitán Trueno y El Capitán Trueno estaba preocupado... Le importaban las ranas. Y mucho. Pero no las del trabalenguas.

La granja de pollos que estaban construyendo, a trescientos metros del caserío Mendiola, avanzaba implacable hacia la charca. Las excavadoras habían comenzado su trabajo y el desnivel producido por el desmonte estaba provocando la salida del agua. Irremediablemente, la charca se secaría.

Aquella charca había sido defendida con valentía ante cualquier ataque enemigo, aquella charca era el descanso del guerrero, en aquella charca coronó su amor con un beso, aquel beso en la mejilla de Izaskun, su Sigrid.

Pero se acercaba el fin.... el fin del mundo de las ranas.
Había que hacer algo.

La solución pasaba por meter los renacuajos en una bolsa con agua y buscarles un refugio, mientras encontraba otra charca. Algo provisional hasta que se trasformaran en ranas. No faltaba mucho; las patas traseras habían empezado a salir y pronto necesitarían aire. Ni al mismísimo Mandrake El Mago se le hubiera ocurrido, ni al Hombre Enmascarado, ni a Rip Kirby, ni tan siquiera al Jabato. Eran todos unos Pedrines de mierda. El Capitán Trueno era más listo.

...Y llegó el día señalado. Su madre había bajado al centro, tardaría, por lo menos, dos horas en volver. En la Plaza de San Martín cada puesto era centro habitual de cháchara y él lo sabía. El Capitán Trueno era muy listo. Ni corto ni perezoso marchó presto a su misión...
II Txema Ibarguren se subió a la excavadora con su mala hostia habitual. La huelga de la construcción le había retrasado el trabajo más de dos semanas. Arrancó la Caterpillar y lanzó un juramento al aire, pensando que tan sólo le quedaba un puto día de trabajo en aquella granja antes de la huelga de los cojones.

“Un puto día más y me hubiera llevao la máquina al caserío para allanar la entrada. ¡Cabrones! ¡Que me quemaban la máquina si la movía...¡

Llenó la pala y se dirigió a tapar la charca de una vez por todas. El hilillo de agua que emanaba, embarraba todo aquello y así no se podía trabajar.
Cuando estaba a punto de volcar la tierra sus ojos se quedaron inmóviles en un punto...
“¿Qué cojones...?”
—¡Jodeeer....! ¡Es el crío que están buscando...! ¡Ehhhh! ¡Aquí...! ¡Ayuda!

Kepa yacía boca abajo, rodeado de sangre y barro. Aquellas piedras, sobre las que había saltado miles de veces, esta vez habían conspirado contra él.
Su pequeña mano, rígida, apretaba con fuerza una bolsa de plástico que en aquellos momentos eclo

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