• EFESIOS 5. EL PECADOR NO TENDRÁ HERENCIA
    2025/01/03

    EL PECADOR NO TENDRÁ HERENCIA

    Efesios 5:5 Pueden estar seguros de que ninguna persona inmoral, impura o avara heredará el reino de Cristo y de Dios. Pues el avaro es un idólatra, que adora las cosas de este mundo. 6 No se dejen engañar por los que tratan de justificar esos pecados, porque el enojo de Dios caerá sobre todos los que lo desobedecen. 15 Así que tengan cuidado de cómo viven. No vivan como necios sino como sabios. 18 … sean llenos del Espíritu Santo 19 cantando salmos e himnos y canciones espirituales entre ustedes, y haciendo música al Señor en el corazón. 20 Y den gracias por todo a Dios el Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. NTV.

    Las relaciones sexuales fuera del matrimonio, las relaciones inmorales entre personas del mismo género sexual, el consumo de bebidas alcohólicas, tabacos y otros estupefacientes, así como el enriquecimiento ilícito, no son reprobadas por la sociedad humana, más bien, son aceptadas como normales. Con esta idea de pensamiento distorsionado, promueven campañas para que estas prácticas sean amparadas bajo las leyes constitucionales de las naciones y estados. Por más que el hombre cree leyes para amparar la práctica inmoral abiertamente, estas prácticas seguirán siendo pecado delante de Dios, y todos los que practiquen tales cosas, nunca heredarán el reino de Dios.

    A través de los tiempos, el enemigo de Dios ha tratado de convencer a la humanidad que las relaciones sexuales antes del matrimonio y fuera del matrimonio no son pecado, así como las relaciones sexuales casuales, o relaciones entre personas de un mismo género sexual. Satanás ha tenido éxito, pues ha logrado convencer a muchas personas que esta clase de prácticas son normales, por eso, la humanidad cada vez más se está depravando, y se puede ver cada vez más que hombres y mujeres están manteniendo relaciones sexuales ilícitas sin el temor de ser disciplinados por el Señor de los Ejércitos celestiales. En esta práctica inmoral reprochada por el eterno Creador, también se encuentran algunos creyentes.

    Pese a que la humanidad vea con buenos ojos, disfrutar de los placeres de este mundo, delante de Dios, no es nada bueno, por eso, todo aquel que continúe practicando estos actos inmorales, impuros y licenciosos no va a tener herencia en el reino de Cristo y de Dios. Además, los deseos licenciosos como avaricia, equivale a la idolatría ya que en el corazón del hombre, siempre estará en primer lugar antes que Dios. De la misma manera, es posible que el hombre convierta al sexo en un dios para adorarlo, por eso no lo dejará fácilmente, sino que continuará en esta práctica ilícita. Continuar en esta práctica y otras parecidas es evidencia de que el hombre no ha conocido a Cristo, y el que no conoce a Cristo, no puede tener herencia en Él.

    Toda persona que ha alcanzado la redención gracias a la preciosa sangre de Jesucristo, tiene que tener cuidado de cómo está llevando su vida, tiene que ver si está llevando una vida como le agrada a Dios. Por eso, los creyentes no tienen que vivir como los necios, practicando toda clase de inmoralidad sexual, sino que tiene que vivir como sabios, honrando y glorificando a Dios con sus vidas. Para esto, el creyente debe estar lleno del Espíritu Santo, para que le dirija en su vida y en su comunión con Cristo. Al estar lleno del Espíritu Santo, el creyente podrá tener comunión con otros creyentes para alabar y glorificar el santo nombre de Dios, con salmos e himnos y canciones espirituales que alegren el corazón del Señor. Además, siempre tendrán un corazón dispuesto para dar gracias por todo a Dios Padre.

    Queridos hermanos. Los que pese a su conversión a Cristo siguen viviendo bajo el dominio de los placeres de este mundo y no siguen una vida santa y obediente a la voluntad de Dios Padre, no tendrán parte en la herencia real preparada para los que están en Cristo. Este reino es el dominio santo donde el poder y la autoridad divinos se sienten y son obedecidos. Por esta razón las cosas inmundas e inmorales no tienen parte en este reino presente, ni en el futuro. Por eso, todos los que practiquen tales cosas, no tendrán cabida en este lugar santo. Hermanos. No cambiemos nuestra herencia junto a Jesucristo por algunos minutos de alegría que nos ofrece los placeres mundanos. Estos placeres a la larga nos llevarán al dolor y al llanto eterno. Seamos sabios, abandonemos definitivamente los deseos de nuestra vieja naturaleza, y vivamos en nuestra nueva naturaleza, cantando y glorificando el santo nombre de nuestro amado Redentor.

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  • EFESIOS 4. LA NUEVA NATURALEZA
    2024/12/31

    LA NUEVA NATURALEZA
    Efesios 4:17 Con la autoridad del Señor digo lo siguiente: ya no vivan como los que no conocen a Dios, porque ellos están irremediablemente confundidos. 21 Ya que han oído sobre Jesús y han conocido la verdad que procede de él, 22 desháganse de su vieja naturaleza pecaminosa y de su antigua manera de vivir, que está corrompida por la sensualidad y el engaño. 23 Y, en cambio, dejen que el Espíritu les renueve los pensamientos y las actitudes. 24 Pónganse la nueva naturaleza, creada para ser a la semejanza de Dios, quien es verdaderamente justo y santo. NTV.
    Todos los que han aceptado a Jesucristo como su Señor y Salvador, deberían ser fácilmente reconocibles por su forma diferente de actuar y comportarse al resto de las personas que no han aceptado el Señorío de Cristo en sus vidas. Pero eso no sucede con la mayoría de creyentes, ya que no muestran un diferente comportamiento, pues siguen comportándose al igual que las personas que no han entregado sus vidas a Cristo. En algunos casos, el comportamiento de algunos creyentes es mucho peor que la de los inconversos. Por este inadecuado comportamiento que manifiestan algunos creyentes, los inconversos, prefieren seguir viviendo en el mundo sin entregar sus vidas a Cristo Jesús.
    La práctica del pecado no debe ser parte de la vida de los seguidores de Jesucristo, ya que fueron liberados de ese poder en el momento que escucharon el evangelio y aceptaron al Unigénito Hijo de Dios como su Señor y Salvador. En el momento de su conversión, los creyentes aceptaron voluntariamente abandonar los placeres de este mundo y vivir en obediencia a la voluntad de Dios, reflejando la vida de Jesucristo y sus enseñanzas en sus vidas. Por eso, el comportamiento de los creyentes debe ser diferente al comportamiento de las personas que viven sin Cristo en sus corazones. Los inconversos viven satisfaciendo a los deseos de su naturaleza carnal, porque todavía siguen bajo la esclavitud de sus impulsos carnales, además no conocen la voluntad de Dios, como sí lo conocen los redimidos por la sangre de Jesucristo.
    Todos los que han escuchado acerca de Jesucristo, los que han conocido la verdad que procede de Él y lo han aceptado en sus corazones, deben deshacerse por completo de su vieja naturaleza pecaminosa y de su antigua manera de vivir, que está corrompida por la sensualidad, la maldad y el engaño. Deben reemplazar esa manera de vivir, por la nueva vida que esté acorde a su nueva naturaleza que tienen gracias al sacrificio de Cristo Jesús. Esta nueva vida del creyente debe estar bajo la dirección del Espíritu Santo, ya que Él tiene el poder para renovar los pensamientos y las actitudes que tenían en su vieja naturaleza de pecado. Esta renovación no es de la noche a la mañana, sino que es un proceso que puede tardar mucho tiempo en algunos creyentes, para que definitivamente puedan reflejar la vida de Jesucristo en sus vidas.
    Dado que el proceso de renovación puede durar mucho tiempo, los creyentes deben permanecer arraigados de la mano de Cristo, porque si se sueltan, pueden ceder a los impulsos de su vieja naturaleza del pecado y volver a su antigua vida pecaminosa. La manera de que los creyentes pueden permanecer arraigados a Cristo es mediante la oración, el escudriño de Su palabra, la asistencia regular a la iglesia, la participación en grupos pequeños y por supuesto, el servicio en el cuerpo de Cristo con los dones y talentos que hayan recibido del Espíritu Santo.
    Queridos Hermanos. Fuimos redimidos para que nos revistámos con la nueva naturaleza libre del pecado, creada para que seamos en semejanza al único Dios verdadero, quien es verdaderamente justo y santo. En todo momento nuestro comportamiento y nuestras acciones, como creyentes deben reflejar a Jesucristo, y así el mundo inconverso nos reconocerá que somos verdaderos hijos de Dios. Hermanos. Nuestra vieja manera de vivir la cual estaba viciada por el pecado, quedó en el pasado cuando aceptamos en nuestro corazón el sacrificio de Jesucristo.

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  • EFESIOS 3. ESCOGIDOS PARA ANUNCIAR EL PLAN DE DIOS
    2024/12/27

    ESCOGIDOS PARA ANUNCIAR EL PLAN DE DIOS
    Efesios 3:7 Por la gracia y el gran poder de Dios, se me ha dado el privilegio de servirlo anunciando esta Buena Noticia. 8 Aunque soy el menos digno de todo el pueblo de Dios, por su gracia él me concedió el privilegio de contarles a los gentiles acerca de los tesoros inagotables que tienen a disposición por medio de Cristo. 9 Fui elegido para explicarles a todos el misterioso plan que Dios, el Creador de todas las cosas, mantuvo oculto desde el comienzo. 11 Ése era su plan eterno, que él llevó a cabo por medio de Cristo Jesús nuestro Señor. 12 Gracias a Cristo y a nuestra fe en él, podemos entrar en la presencia de Dios con toda libertad y confianza. NTV.
    Compartir las Buenas Nuevas de salvación, es un enorme privilegio que Dios concede a todos los que aceptan el sacrificio de Su amado Hijo Cristo Jesús en el madero. Para el cumplimiento de esta tarea evangelística, Dios mismo es quien los capacita, les da facilidad de palabra y autoridad para que puedan desenvolverse delante de los hombres sin ninguna clase de temor de ser rechazados. Solo gracias al poder Dios es que los creyentes pueden impactar el corazón de los hombres con el evangelio, pues Dios es quien convierte los corazones de piedra en corazones de carne. Sin la ayuda de Dios, el creyente por más conocedor de la Sagradas Escrituras que sea, o tenga grandes habilidades comunicativas, no podrá alcanzar al inconverso con el mensaje de la cruz.
    Con el pasar de los tiempos, un gran número de creyentes que comparten el evangelio de la Cruz, pierden la perspectiva del privilegio que es compartir el evangelio, esto con frecuencia sucede cuando con las Buenas Noticias de salvación, han logrado alcanzar a cientos o miles de inconversos para el reino de Cristo. Al ver el resultado de su ministerio, algunos creyentes llegan a olvidarse de quien actuó en el corazón de los hombres para que acepten su exposición del evangelio, fue Dios y no sus esfuerzos. En contraste a este grupo de creyentes, el apóstol Pablo, nunca perdió su perspectiva del enorme privilegio que le había dado Dios para que comparta el evangelio al mundo perdido y pecador. Pese a que había alcanzado a muchas personas con el evangelio, nunca se atribuyó ese éxito, sino que siempre lo atribuía a Dios. Además, se sentía indigno de poder llevar adelante el ministerio de la predicación del evangelio.
    Cuando Pablo se convirtió en ministro, Dios le dio la capacidad de predicar con eficacia el evangelio de la cruz, le dio la facultad para que pueda explicar con total facilidad a todo el mundo pecador, el misterioso plan de salvación y vida eterna, que el Creador de todas las cosas, lo había mantenido oculto desde el comienzo de los tiempos. Por eso el apóstol Pablo, siempre tenía presente que sin la ayuda de Dios, jamás habría logrado impactar el corazón de los hombres inconversos con la exposición del evangelio, por eso siempre glorificaba a Dios cuando una vida era transformada por el poder del evangelio.
    En el corazón de un verdadero siervo de Dios, no debe haber orgullo o vana gloria cuando una persona acepta a Jesucristo en su corazón, ni mucho menos jactancia. En su lugar, debe mantener un corazón humilde, teniendo siempre presente que los resultados de la predicación del evangelio le pertenecen al único Dios verdadero, y que él, es solo un instrumento que Dios está utilizando para alcanzar al mundo perdido y pecador, para su reino. El creyente, es solo un instrumento que Dios escoge para cumplir con su plan de salvar y redimir a los pecadores. Tal como lo escogió, también lo puede desechar si el orgullo y la vanagloria gobierna su corazón.
    Queridos hermanos. Dios no solo nos escogió para que anunciemos las Buenas Nuevas de salvación, sino que también por medio del Espíritu Santo nos equipa o capacita para que cumplamos nuestra tarea con eficiencia. Dios por medio de su Santo Espíritu, nos revela su plan de salvación, para que la compartamos a todo el mundo pecador.

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  • EFESIOS 2. AMOR Y MISERICORDIA
    2024/12/26

    AMOR Y MISERICORDIA

    Efesios 2:1 Antes ustedes estaban muertos a causa de su desobediencia y sus muchos pecados. 2 Vivían en pecado, igual que el resto de la gente, obedeciendo al diablo el líder de los poderes del mundo invisible, quien es el espíritu que actúa en el corazón de los que se niegan a obedecer a Dios. 3 Todos vivíamos así en el pasado, siguiendo los deseos de nuestras pasiones y la inclinación de nuestra naturaleza pecaminosa. Por nuestra propia naturaleza, éramos objeto del enojo de Dios igual que todos los demás. 4 Pero Dios es tan rico en misericordia y nos amó tanto 5 que, a pesar de que estábamos muertos por causa de nuestros pecados, nos dio vida cuando levantó a Cristo de los muertos… NTV.

    La autoridad que ejerce satanás sobre los hombres es real, pues él y todos los espíritus de maldad habitan entre la tierra y el cielo. Al habitar en este mundo, ejerce su autoridad y dominio, por eso la humanidad lo obedece y vive para complacer su voluntad, pues la voluntad del maligno es que toda la humanidad, viva en completa desobediencia a los mandamientos dados por Dios. Al llevar una vida complaciendo a los deseos de su padre satanás, el hombre está muerto, no físicamente sino espiritualmente. La muerte espiritual es más grave que la muerte física, ya que la muerte espiritual es la permanencia eternamente lejos de la presencia de Dios Padre.

    Bajo la autoridad del maligno, toda la humanidad se rinde y le obedece, por eso practican abiertamente toda clase de pecados, sin temor de ser disciplinados por el Señor de los ejércitos celestiales. La mayoría de los hombres que viven bajo el dominio de satanás, no tienen temor de Dios, pues el maligno les ha nublado el entendimiento, con engaños y mentiras acerca de la no existencia de Dios. Pero algunos hombres creen en la existencia de Dios, pero pese a eso, prefieren seguir viviendo disfrutando de los placeres de este mundo y obedeciendo a la voz de su amo satanás. Crean o no en la existencia de Dios, toda la humanidad pecadora recibirá la justa ira de Dios en el final de los tiempos.

    En este mundo hay una diferenciación de etnias, nacionalidades y clases sociales entre los hombres, pero en la presencia de Dios no hay esta clase de diferenciación, pues toda la humanidad comparte la misma naturaleza pecaminosa originada en Adán y transmitida a todas las generaciones humanas. Por eso, todos los que practican pecado están destituidos de la gloria de Dios. Todos están perdidos, y nadie podrá salvarse por cuenta propia. Ante la imposibilidad del hombre de salvarse de la condenación eterna por su cuenta, Dios tuvo misericordia del hombre, por eso a pesar de que estaba muerto a causa de sus delitos y pecados, le dio vida cuando levantó a su amado Hijo de los muertos.

    En la cruz del calvario, Cristo triunfó sobre Satanás y su poder sobre la humanidad, pagando un alto precio que nadie más podía pagar, el precio fue su bendita sangre. Ahora, el pecado ya no tiene poder en la vida de los que aceptan el sacrificio realizado por Jesucristo. La fe del hombre pecador en el Unigénito Hijo de Dios, lo declara absuelto o "no culpable" delante de Dios Padre. Al momento de la conversión del hombre pecador a Cristo, Dios no le quita del mundo ni tampoco le convierte en un muñeco para que le obedezca sin ninguna clase de oposición. Pese a su conversión, el creyente sigue teniendo total libertad para obedecer o no a Dios, por eso algunas veces cederá ante las tentaciones. La diferencia radica en que antes de pertenecer a Cristo, el creyente era esclavo de su naturaleza pecaminosa, pero ahora puede escoger vivir para honrar y glorificar el santo nombre de su Señor y Salvador, Cristo Jesús.

    Queridos hermanos. Antes de conocer a Jesucristo, nosotros estábamos bajo el control del maligno, y por eso disfrutábamos de los placeres de nuestra naturaleza pecaminosa, pero en el momento de nuestra conversión, fuimos liberados de ese control, ahora el pecado no tiene el control de nuestras vidas, por eso podemos elegir entre seguir pecando o vivir para honrar y glorificar al Señor con nuestras vidas. Hermanos. Ya que hemos hallado la libertad de la condenación eterna que nos esperaba por nuestros delitos y pecados, apartémonos definitivamente de esa vida pecaminosa, y llevemos una vida de total obediencia a Aquel que entregó su preciosa vida en el madero para darnos esa libertad, y la posibilidad de vivir eternamente en su reino venidero.

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  • Efesios 1. EL PLAN DE DIOS
    2024/12/24

    EL PLAN DE DIOS


    Efesios 1:7 Dios es tan rico en gracia y bondad que compró nuestra libertad con la sangre de su Hijo y perdonó nuestros pecados. 8 Él desbordó su bondad sobre nosotros junto con toda la sabiduría y el entendimiento. 9 Ahora Dios nos ha dado a conocer su misterioso plan acerca de Cristo, un plan ideado para cumplir el buen propósito de Dios. 10 Y el plan es el siguiente: a su debido tiempo, Dios reunirá todas las cosas y las pondrá bajo la autoridad de Cristo, todas las cosas que están en el cielo y también las que están en la tierra. 11 Es más, dado que estamos unidos a Cristo, hemos recibido una herencia de parte de Dios, porque él nos eligió de antemano y hace que todas las cosas resulten de acuerdo con su plan. NTV.


    No todos los planes que hacen los hombres resultan bien, pues algunos quedan inconclusos debido a que no tienen los éxitos deseados. Por eso, muchos de estos planes quedan abandonados y reemplazados por otros nuevos . En contraste a los planes de los hombres, los planes de Dios se cumplen a cabalidad y tienen los resultados anhelados. Dios antes de crear todas las cosas existentes en el universo, ideó un plan maravilloso, y éste se ha venido cumpliendo exitosamente a través de la historia de la humanidad, y se seguirá cumpliendo hasta el momento que Jesucristo finalmente ponga fin a la maldad y el pecado de este mundo, y gobierne sobre todas las cosas creadas con poder y autoridad.


    El plan de Dios no solo fue que su amado Hijo Cristo Jesús reinara sobre toda la creación, sino que también la corona de su creación tenga parte en este reinado. Dios creó al hombre para que gobernara su creación conjuntamente con su amado Hijo. Pero el hombre desaprovechó este maravilloso propósito para él, al preferir el pecado y las vanidades de este mundo. El pecado apartó al hombre de cogobernar con Jesucristo la creación de Dios, pero Dios en su omnisciencia, sabía que el hombre iba a abandonar su propósito por preferir los placeres de este mundo, por eso entre sus planes también estaba cómo encaminar nuevamente al hombre para que llegara a cumplir sus propósitos iniciales. Y esto lo lograría por medio del sacrificio de su amado Hijo en el madero.


    Jesucristo vino a este mundo para que el plan de Dios para redimir al hombre pecador se hiciese realidad, y esto lo hizo posible a través de su muerte en la cruz del calvario. En la cruz, Jesucristo pagó un alto precio para liberar al hombre de la esclavitud del pecado. En el período del Antiguo Testamento, antes de la llegada del Hijo de Dios a este mundo, el perdón y la remisión de pecados se garantizaba en base a la sangre vertida de animales. Ahora el hombre pecador puede recibir el perdón en base al derramamiento de la sangre de Jesús en el madero, porque Jesucristo murió y fue el sacrificio perfecto, y verdadero para el perdón de los pecados. Este perfecto plan de Dios se ha cumplido a cabalidad, ahora todo hombre puede alcanzar el perdón de Dios, y poder gobernar conjuntamente con Jesucristo sobre toda la creación.


    Este plan para redimir al hombre pecador, estuvo en secreto antes de la llegada de Jesucristo a este mundo, pero con Su llegada y Su sacrificio en el madero, el plan de redención fue completamente revelado a toda la humanidad, y no solo eso, sino también, el futuro gobierno de Jesucristo sobre toda la creación. Por eso a su debido tiempo, Dios reunirá todas las cosas y las pondrá bajo la autoridad de Su amado Hijo, todas las cosas que están en el cielo y también las que están en la tierra. En aquel día, absolutamente todo estará bajo el gobierno de Cristo. y de los que están unidos a Él, pues ese fue el propósito de Dios al crear al hombre.


    Queridos hermanos. Dios no escondía a propósito su plan de redimir al hombre pecador, sino que siempre estuvo a la vista de todos, pero pese a eso, su plan para el mundo, solo se comprendería por completo una vez que Jesucristo resucitara de entre los muertos. Pese a que el plan de Dios está completamente revelado en la actualidad, muchas personas aún no lo entienden o no lo quieren entender, por eso no aceptan el enorme precio que pagó Jesucristo para liberarlos de la esclavitud del pecado. Amigo. Acepte el plan de redención que Jesucristo le está ofreciendo, pues al aceptarlo, será liberado de la esclavitud del pecado, hallará el perdón y la posibilidad de ser coheredero de toda la creación conjuntamente con el Unigénito Hijo de Dios.

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  • GÁLATAS 6. COSECHA Y SIEMBRA
    2024/12/20

    COSECHA Y SIEMBRA

    Gálatas 6:7 No se dejen engañar: nadie puede burlarse de la justicia de Dios. Siempre se cosecha lo que se siembra. 8 Los que viven sólo para satisfacer los deseos de su propia naturaleza pecaminosa cosecharán, de esa naturaleza, destrucción y muerte. Pero los que viven para agradar al Espíritu cosecharán vida eterna. 9 Así que no nos cansemos de hacer el bien. A su debido tiempo, cosecharemos numerosas bendiciones si no nos damos por vencidos. 10 Por lo tanto, siempre que tengamos la oportunidad, hagamos el bien a todos, en especial a los de la familia de la fe. NTV.

    Existen dos maneras de caminar en los caminos del Señor. Un camino es vivir bajo los deseos de la naturaleza pecaminosa, disfrutando de cada uno de los placeres que ofrece este mundo. De igual manera, llevar una vida de egoísta sin preocuparse por atender las necesidades del prójimo, y no solo eso, sino que aprovechándose de las necesidades de ellos. Sin duda, los que llevan esta clase de vida, no reflejan la vida que deben llevar como seguidores de Jesucristo, sino que caminan por este mundo, como uno más de los que nunca aceptaron el evangelio de la cruz. La otra manera de caminar por este mundo, es llevando una vida que honre y glorifique a Dios, obedeciendo su palabra, llevando una vida de santidad, apartado de todos los placeres de este mundo. Los que deciden caminar por este camino tras su conversión a Cristo, se preocupan de velar por las necesidades de su prójimo, de igual manera abogan para que sus derechos no sean quebrantados.

    Posiblemente los que caminen bajo la voluntad de Dios, no vean lo resultados inmediatos a su favor, ni tampoco reciban palabras de agradecimiento por su labor en favor de los más necesitados, en cambio sufran pruebas o persecuciones por su fe férrea en el Unigénito Hijo de Dios. Estas situaciones adversas posiblemente causen un desaliento en la vida de los creyentes, pero no deben dejarse vencer por este desaliento, sino que deben seguir adelante, llevando una vida bajo la dirección del Espíritu Santo. Sabiendo que a su debido tiempo del Espíritu Santo cosecharán vida eterna en el reino de los cielos. Los creyentes que caminen bajo la dirección del Espíritu Santo no solo cosecharán vida eterna, sino que también cosecharán numerosas bendiciones de parte de Dios Padre, ya que Dios es justo y dará a sus hijos una justa retribución por llevar una vida que le honre y le glorifique.

    Igualmente, los que caminen para satisfacer los deseos de su carnalidad tras su conversión a Cristo, también tendrán retribuciones a su debido tiempo, ya que, de su naturaleza pecaminosa, cosecharán destrucción y muerte. Dios es justo con todos, por eso a su debido tiempo derramará su justa ira sobre todos los que aceptaron a su amado Hijo, y no caminaron en sus caminos, sino que llevaron una vida complaciendo a los deseos de su naturaleza carnal. Nadie puede burlarse de Dios, el castigo sobre los que se pervirtieron tras su conversión, será más severo que el castigo sobre los que nunca aceptaron el sacrificio de su amado Hijo en la cruz del calvario.

    Queridos hermanos. Al final de todo, todos cosecharán lo que sembraron. Algunos que recibieron de labios a Cristo, serán condenados a una eternidad de sufrimiento, pero los que recibieron a Cristo de todo corazón y caminaron en sus caminos, llevando una vida de obediencia a cada una de sus enseñanzas, y bajo la dirección del Espíritu Santo, recibirán la vida eterna, y también abundantes bendiciones de parte de Dios Padre. Hermanos. Posiblemente no estemos viendo los resultados de llevar una vida de total obediencia a Dios, pero eso no tiene que desanimarnos, sino que tenemos que persistir en ella, sabiendo que a su debido tiempo, Dios nos recompensará, y cosecharemos los frutos de haber caminado en total obediencia a la voluntad de nuestro amado Padre eterno. Por eso, mientras tengamos aliento de vida, no nos cansemos de extender nuestras manos a los más necesitados, ni de defender sus derechos, ni tampoco de llevar una vida en completa santidad, que honre y glorifique el santo nombre de nuestro amado Señor y Salvador Cristo Jesús.

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  • GÁLATAS 5. LUCHA DE FUERZAS
    2024/12/17

    LUCHA DE FUERZAS

    Gálatas 5:16 Por eso les digo: dejen que el Espíritu Santo los guíe en la vida. Entonces no se dejarán llevar por los impulsos de la naturaleza pecaminosa. 17 La naturaleza pecaminosa desea hacer el mal, que es precisamente lo contrario de lo que quiere el Espíritu. Y el Espíritu nos da deseos que se oponen a lo que desea la naturaleza pecaminosa. Estas dos fuerzas luchan constantemente entre sí, entonces ustedes no son libres para llevar a cabo sus buenas intenciones. 24 Los que pertenecen a Cristo Jesús han clavado en la cruz las pasiones y los deseos de la naturaleza pecaminosa y los han crucificado allí. 25 Ya que vivimos por el Espíritu, sigamos la guía del Espíritu en cada aspecto de nuestra vida. NTV.

    Pese a tener muchos años en los caminos del Señor, un gran número de creyentes tienen deseos naturales hacia el mal y no los pueden ignorar. Estos perversos deseos no desaparecen automáticamente cuando las personas aceptan a Jesucristo como su Señor y Salvador. Estos deseos muchas veces persisten por que los creyentes no llegan a mantener una estrecha relación con el Señor. Pues no dan tiempo a la oración ni tampoco al estudio de las Sagradas Escrituras. Cuando la mente del creyente está vacía de las Escrituras, los deseos carnales se fortalecen y debilitan la voluntad del creyente a no ceder a los impulsos de su vieja naturaleza carnal. Cuando el espíritu del creyente está debilitado, los deseos carnales fácilmente llegan a dominarlos hasta el punto de llevarlos a caer en el pecado.

    Cuando el redimido acepta a Jesucristo en su corazón, pasa a ser morada del Espíritu Santo. Este Espíritu de Dios ayuda al creyente para que no seda fácilmente a los impulsos de su naturaleza carnal, porque los deseos del Espíritu Santo son opuestos a los deseos de la carne. Como los deseos de la carne y los deseos del Espíritu son opuestos, existe un conflicto entre ellos en el interior del creyente. La carne quiere satisfacer sus deseos carnales y desea que el creyente ceda a esos deseos. En tanto que el Espíritu quiere agradar a Dios y desea que el creyente viva bajo la voluntad de Dios honrándole y glorificándole. Por eso para el cristiano, hacer lo que la naturaleza espiritual pide es experimentar la vida que tiene en Cristo. El cristiano es libre pero su libertad es limitada a no hacer lo malo.

    Todos los que han aceptado el sacrificio realizado por Jesucristo, han crucificado los deseos de su naturaleza carnal en la cruz, por ende, esos perversos deseos ya no tienen que gobernar la vida del creyente. En la cruz de Cristo, los deseos carnales como las pasiones y los placeres de este mundo están muertos, en el sentido que ya no tienen dominio de mantenerlos esclavizados como antes de que el creyente aceptara al Señor. Es importante aclarar que la analogía paulina de la crucifixión de la carne no quiere decir que los deseos carnales hayan muerto completamente. La crucifixión de la carne quiere decir que el poder de la carne o del viejo hombre ha sido quebrantado. El poder del Espíritu en Cristo Jesús puede mantener el dominio de la carne sin ningún poder en el creyente, siempre y cuando el creyente camine en el poder del Espíritu Santo. Para el creyente, el poder de la carne ya no es como antes que estaba esclavizado en su dominio, ya que ahora tiene en su interior morando al Espíritu Santo de Dios, Quien es más poderoso que la carne, además la naturaleza carnal fue herida de muerte cuando fue crucificada junto a Jesucristo en el madero.

    Queridos hermanos. Si queremos agradar a Dios con nuestras vidas, debemos apartarnos de nuestro pecado y clavar voluntariamente nuestros malos deseos naturales a la cruz. Por su puesto esto no será nada fácil ya que los deseos de la carne batallarán para que cedamos a sus deseos pecaminosos, pero pese a que la carne batalle, ya está herida de muerte, además tenemos al Espíritu Santo de nuestro lado, quien es más poderoso que los deseos de la carne. Hermanos, pese a nuestra conversión a Cristo, todavía tenemos la capacidad para pecar contra Dios, pero hemos sido liberados del poder del pecado y no debemos dejarnos dominar por él. Cada día debemos entregarle nuestras tendencias pecaminosas a Dios y a su control, clavándolas en la cruz de Cristo. Tengamos presente que nuestra única vía a la libertad de nuestros deseos naturales hacia el mal es por medio del poder del Espíritu Santo que mora en nuestro interior.

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  • GÁLATAS 4. HIJOS ADOPTADOS
    2024/12/13

    HIJOS ADOPTADOS
    Gálatas 4:3 … antes de que viniera Cristo. Éramos como niños; éramos esclavos de los principios espirituales básicos de este mundo. 4 Pero cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la ley. 5 Dios lo envió para que comprara la libertad de los que éramos esclavos de la ley, a fin de poder adoptarnos como sus propios hijos. 6 Y, debido a que somos sus hijos, Dios envió al Espíritu de su Hijo a nuestro corazón, el cual nos impulsa a exclamar Abba, Padre. 7 Ahora ya no eres un esclavo sino un hijo de Dios. Y, como eres su hijo, Dios te ha hecho su heredero. NTV.
    Es un error creer que se puede alcanzar la salvación por cumplir la ley dada por el eterno Creador en el monte Sinaí. Es un error porque nadie puede cumplir rigurosamente con todos los aspectos de la ley, ya que si quebranta un solo mandamiento quebranta toda la ley. Por ende, no alcanzaría la salvación y todos sus esfuerzos para tratar de cumplir la ley, serían en vano. En el pasado, antes de que el Unigénito Hijo de Dios viniera a este mundo para entregar su vida por los pecadores, la sociedad judía tenía que tratar de cumplir la ley para alcanzar la salvación y la vida eterna en el reino de los cielos, pero todos sus esfuerzos resultaban inútiles, ya que constantemente fallaban en cumplir con toda la ley. Los judíos al tratar de cumplir la ley se esclavizaban a ella.
    Ante la imposibilidad del hombre para cumplir con todos los aspectos de la ley, cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios en su inmenso amor y misericordia por la humanidad pecadora, envió a su amado Hijo Cristo Jesús a este mundo para que entregara su vida por los pecadores. Cuando llegó el tiempo, y tal como fue profetizado la llegada del Mesías a este mundo, el Unigénito Hijo de Dios nació de una mujer, fue un ser humano de carne y hueso al igual que todos los hombres. Jesús nació como un judío, estaba sujeto a la ley de Dios, y durante su estadía en este mundo, la cumplió en plenitud. Jesucristo no quebrantó ninguno de los aspectos de la ley del Monte Sinaí, sino que lo cumplió rigurosamente con todos. De esta manera Jesús fue el sacrificio perfecto, porque a pesar de que fue totalmente humano, nunca pecó. Su muerte compró libertad para todos los que estaban bajo la esclavitud del pecado y para que pudiesen ser adoptados como miembros de la familia de Dios.
    Bajo la ley romana, un hijo adoptivo disfrutaba de todos los derechos legales relacionados con las propiedades de su padre, incluso si anteriormente fue un esclavo. No era un hijo de segunda clase, era igual a cualquier otro hijo, biológico o adoptivo, en la familia de su padre. Con su muerte en la cruz del calvario, Jesucristo hizo posible que los que acepten su sacrificio puedan ser adoptados como verdaderos hijos de Dios. Los redimidos como hijos adoptados de Dios, tienen los mismos derechos de Jesús para con los recursos de Dios Padre; de manera que pueden reclamar lo que ha provisto para todos los redimidos: su identidad total como verdaderos hijos. Los que antes eran esclavos, al aceptar el sacrificio de Cristo se vuelven hijos de Dios y tienen una relación íntima con Él. Gracias a Cristo, no hay razón para que los redimidos tengan miedo a Dios Padre. Pueden acercarse confiadamente a su presencia y llamarlo Abba Padre, esto gracias a que el Espíritu Santo mora en su interior desde el momento de su redención. Ante este acercamiento sin temor, Dios los recibirá como miembros de su familia y les dará la herencia prometida.
    Queridos hermanos. Antes de conocer a Jesucristo éramos esclavos del pecado, pero ahora, gracias a nuestra fe en el sacrificio realizado por el Unigénito Hijo de Dios en el madero, somos libres de toda condenación y no solo eso, sino que también somos verdaderos hijos de Dios. Además, somos herederos de todas las bendiciones espirituales. Esta posición en Cristo no fue por nuestros méritos, sino por el sacrificio de Cristo en la cruz, por lo cual siempre tenemos que honrarle y glorificarle. Hermanos.

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